Las mallas antihierba para sujeción de taludes en viveros es una práctica muy eficaz para controlar la erosión en zonas de cultivo abancaladas.
Estos casos, los aterrazamientos en desniveles, se dan cuando las zonas de producción se establecen en suelos con pendientes, para conseguir que las zonas de cultivo estén lo más llanas posible.
Tras nivelar el suelo, las zonas de transición entre terrazas, corren el riesgo de desmoronarse tras fuertes lluvias creando cárcavas de erosión. Además, sobre esas tierras crecen hierbas que infectan con sus semillas los cultivos lindantes.
Soluciones para sujeción de taludes.
Las soluciones para la sujeción de taludes son varias. Una de ellas es la construcción de muros de obras. Otra, mucho más económica, a la vez de eficaz, es la colocación de malla antihierba.
Esta última opción, si se utiliza la malla adecuada, permite integrar la pendiente en el propio paisaje del vivero, ya que en ocasiones puede coincidir con el color, incluso la propia malla, con la utilizada como suelo antihierba sobre la que se desarrolla el cultivo en maceta.
Al ser transpirables, por una parte, evita la germinación de malas hierbas, mientras que además permite exudar el exceso de humedad tras las lluvias, manteniendo el suelo vivo y aportando algo de humedad al ambiente.
Instalación de mallas antihierba en taludes.
La instalación de mallas antihierba en los taludes es sencilla y rápida. Bastará con extenderla sobre el mismo y fijarla mediante grapas metálicas distribuidas por la superficie. Tanto en la parte superior como inferior del talud, es recomendable ayudar a esta fijación con un aporte de tierra o grava para mayor eficacia.
Cuanto más fijada esté, menos riesgos tendrá de ser movida por el viento. Además, con el tiempo, si se desea cambiar se retira y sustituye fácilmente.
Catálogo de malla antihierbas para taludes.
En Nutriflor disponemos de mallas antihierba en colores negro y verde, así como en diferentes anchos y longitudes variables según necesidades.
También hay distintas referencias en cuanto a gramajes, que varían entre los 105 y 130 gramos por metro cuadrado. Para estos casos, se recomienda utilizar los de gramaje alto, porque deben ejercer como refuerzo en la contención del terreno.