Las mallas térmicas, también conocidas como mantas térmicas agrícolas o tejidos transpirables de cobertura, son materiales textiles ligeros y permeables, fabricados generalmente con polipropileno no tejido, así como nylon, material mucho más ligero.
Estas estructuras están diseñadas para proteger los cultivos frente a las bajas temperaturas, el viento y otros factores climáticos adversos. Su uso es común tanto en cultivos hortícolas como ornamentales, especialmente durante el invierno o en épocas de trasplantes precoces en primavera, permitiendo el adelanto de las cosechas.
Estas mantas o mallas, tienen un peso ligero, que oscila entre los 17 y 35 gramos por metro cuadrado, permitiendo que se coloquen directamente sobre las plantas sin dañarlas. Además, son reciclables y reutilizables, lo que las convierte en una opción sostenible para los agricultores.
Cómo se utilizan las mantas térmicas.
El uso de las mantas térmicas requiere una correcta aplicación para maximizar sus beneficios. El procedimiento habitual comienza con el despliegue directamente sobre el cultivo recién plantado o a proteger, asegurándose de que quede ligeramente tensada para evitar acumulación de agua o que viento que pueda levantarla.
Seguidamente, se fija al suelo mediante grapas, estacas o montículos de tierra en los bordes para evitar desplazamientos.
Estas mallas térmicas también se pueden colocar como cubiertas de tunelillos, debiendo ser fijadas de igual forma por los extremos.
Mantenimiento de las mantas térmicas.
El mantenimiento de estas mallas térmicas es fundamental, revisándolas periódicamente para asegurarse de que no haya roturas o desajustes que puedan comprometer su eficacia.
Durante el cultivo, es recomendable levantarlas del cultivo de forma periódica, sobre todo conforme avanza en su crecimiento, con el objetivo de que las plantas se vayan aclimatando a su desarrollo al aire libre o condiciones de cultivo sin forzado.
Una vez que las temperaturas mejoren o las plantas hayan alcanzado un tamaño adecuado, acabada su función, se retiran cuidadosamente para evitar daños en los cultivos y se pueden guardar para un siguiente cultivo.
Beneficios de las mallas térmicas para cultivos hortícolas y ornamentales.
Para los cultivos, las mantas térmicas para cultivos hortícolas y ornamentales proporcionan una protección contra el frío y ligeras heladas, ya que crean una capa de aislamiento que mantienen la temperatura en su interior entre 2 y 4 grados centígrados más, reduciendo el riesgo de daños por bajas temperaturas.
Por otra parte, redicen el estrés hídrico, porque al ser permeables al agua, permiten que la lluvia o el riego penetren sin problemas, manteniendo una humedad constante alrededor de las plantas.
Como protección frente a plagas, actúan como barrera física contra ciertos insectos, reduciendo la necesidad de tratamientos fitosanitarios. Y también, al mantener una temperatura estable, las plantas crecen más rápido y homogéneamente, favoreciendo una mayor precocidad en la cosecha.
Con ellas, los agricultores, consiguen un incremento de la productividad derivado de la reducción de pérdidas tras la plantación y el aumento de los rendimientos. Se reducen los tratamientos fitosanitarios, se adelantan las producciones y, al ser reutilizables durante varias campañas, como consecuencia se rentabiliza la producción.
Las mantas térmicas para cultivos hortícolas y ornamentales Nutriflor, son suministradas en rollos, disponible en densidades de 17, 30 y 35 gramos metro cuadrado, con gran resistencia a la tracción, estabilizadas contra los rayos ultravioleta y gran transparencia porque deja pasar más de un 80% de la luz solar.
En cultivos hortícolas, están indicadas para cultivos al aire libre de tomates, berenjenas, guisantes, pimientos, calabacines, lechugas, endivias, etc. y en ornamentales, especialmente en cultivos de plantas en maceta, tanto los realizados bajo invernadero como al exterior. Destacar su uso, también, en el enraizado o esquejado de planteles hortícolas y ornamentales.